Trabajo de suficiencia profesional

Acceso restringido

Viendo el accionar de muchos colegas, que piensan que si envían al paciente a realizarse varios estudios éste se cansa y le aceptan que elija el camino más fácil, más rápido y menos costoso, aun conociendo que ese no es el correcto, creo que se equivocan, porque es a la inversa, ya que cuando le demostramos la preocupación de hacer las cosas bien, basándose en estudios seguros, donde se minimicen los márgenes de error, aumenta la confianza necesaria para aceptar a ese profesional como la mejor opción. Pero cuando le explicamos al paciente, las desventajas de no tener tridimensionalmente la forma de su hueso nos puede llevar a incurrir a errores no voluntarios, que conllevan a fracasos realmente estruendosos, inmediatamente exige que le hagamos el estudio necesario. Y hay pruebas contundentes que demuestran que hoy con la tecnología de punta que existe, nos permite elegir el camino correcto, tan diferente a nuestros comienzos, donde solo contábamos con una radiografía panorámica, que es un estudio plano que no permite conocer el espesor óseo, a pesar de que el implante es un cilindro, con un diámetro determinado, que va a necesitar un grosor de hueso que lo aloje. El propósito de las imágenes es asistir al clínico y al equipo odontológico en el diagnóstico de patologías, plan de tratamiento restaurativo y demás tratamientos, brindando información precisa de la anatomía del paciente. Hoy en día la tomografía computarizada o Cone Beam, ofrece una nueva alternativa para un diagnóstico pre-quirúrgico certero. Las técnicas radiográficas convencionales están limitadas a una interpretación de dos dimensiones y a factores de distorsión asociados a la anatomía y demás características según la técnica empleada para la toma de las mismas.

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